Se acerca el cuarto Informe de Gobierno del Presidente Peña Nieto, el próximo primero de septiembre. Como todos los años, éste vendrá acompañado de una gran inversión publicitaria para resaltar lo que, desde la óptica oficial, se ha logrado. El arquetipo de ésta comunicación es el spot de 30 segundos, que nos repetirá insistentemente, durante los 15 días permitidos, los datos duros de los avances, presentados con soundbites de intención memorable.

Presidente Peña Nieto

En general (y no tenemos razón para suponer que este año vaya a ser de otra manera), es una publicidad que destaca a la figura presidencial como vocero, dándole la mayor parte del tiempo en pantalla y cuidando al extremo su imagen, sus palabras y sus gestos. Sin embargo, persuadir en 30 segundos a un espectador, en cualquier país, es tarea compleja. Si sumamos a esto la actual coyuntura mexicana, lograr la credibilidad a través de spots se antoja una tarea complicada para la comunicación presidencial.

Porque el gran día del presidente, la cita anual en la que rinde cuentas al país del desempeño de su administración, lo encuentra en la peor crisis de credibilidad de su mandato. Según la encuesta del periódico Reforma, realizada del 4 al 7 de agosto, el nivel de desaprobación de la gestión del presidente alcanzó el 74%. La percepción de la gente es que las reformas estructurales no cumplieron, y 7 de cada 10 mexicanos consideran que el país va por mal camino. Es pues un mal momento para salir a tratar de convencer al país de que las cosas van por buen camino, porque independientemente de la realidad o de los logros que seguramente hay, la percepción es negativa.

Encuesta Presidencial

Todos los gobiernos de todos los países se enfrentan todo el tiempo siempre a éste tipo de situaciones. La comunicación gubernamental en etapas de crisis, e incluso en las de calma, tiene que sortear siempre las criticas, encontrando el lado bueno a las cosas y tratando de persuadir a la gente de que no se equivocó cuando emitió su voto. Sin embargo, lo que sí llama la atención es que, aún en una coyuntura tan crítica como la mexicana, no veamos una comunicación distinta del gobierno federal. Es ya un cliché la frase atribuida a Einstein de que si queremos obtener resultados distintos, tenemos que hacer las cosas de manera diferente. Pues pareciera que en el Ejecutivo, si la conocen, no la aplican. Daría la impresión de que no se realiza un análisis profundo de qué piensan los ciudadanos. Sin embargo, sabemos que con los recursos financieros y logísticos de la Presidencia, el pulso del país está constantemente diagnosticado y el “mal humor social” está perfectamente detectado. ¿Qué pasa entonces? Que no existe decisión de hacer las cosas diferente en términos de comunicación gubernamental.

Del Spot a la realidad

¿Qué debería hacer el Presidente para convencernos de que es consciente de la realidad? Muchas cosas, y no todas dependen de la comunicación, que sólo es una parte de la ecuación. Pero en lo que se podría hacer en esta materia, considero que vendría bien dejar de sobreexponer a la figura presidencial, repitiendo lo que nos ha dicho los tres años anteriores. El tiempo en pantalla podría ser utilizado, por ejemplo, para que hablen los ciudadanos, los verdaderos beneficiarios o perjudicados de la acción de gobierno.

Pero si nos remitimos al discurso que maneja actualmente el partido del presidente, eso no pasará. Hoy en el tricolor se insiste que el mejor activo del partido es justamente el Presidente Peña Nieto, y que el no haber convencido a la ciudadanía sobre la bondad de las reformas estructurales, que para ellos es el principal logro de éste gobierno, ha sido solamente un problema de comunicación. Con base en lo que hemos comentado, ¿es ésta una lectura correcta? Me parece que no, que para obtener resultados diferentes deberían intentarse cosas diferentes. Por lo pronto, con las elecciones de 2018 en el horizonte, la más reciente encuesta de Reforma sobre la intención de voto por partidos, coloca al PANpor encima de PRI.

Hemos dado un gran paso

Muchas cosas pasarán antes de ver si la estrategia de comunicación presidencial dará frutos para el PRI, lo que sí le puedo asegurar, de momento, es que una vez más se acerca la spotiza de cada septiembre, que a base de repetición tratará de vendernos una realidad.

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