Colombia acudió al llamado a las urnas el pasado 2 de octubre, fecha que se creía iba a trascender en la historia al ser el día en que Colombia le diría adiós a más de 52 años de conflicto armado con las FARC-EP.
Sin embargo, los colombianos dieron un golpe sorpresivo al Proceso de Paz, lo que muchos no esperaban, lo que la gente del SÍ nunca vio en su horizonte próximo. La victoria inminente del NO, que deja hoy un sin sabor no solo para las personas a favor de la terminación del conflicto, sino también para la comunidad internacional, que ve hoy al país como un estado naturalmente violento, que echó por la borda la oportunidad más grande de paz que había tenido en toda su historia.
La votación en el Plebiscito estuvo muy competida, tanto así que el NO ganó tan solo por 53.894 votos de diferencia. Esta postura obtuvo el 50,21% de favorabilidad frente al SI que no alcanzó a pasarlo y obtuvo el 49,78% de la votación, con un total de votos de 12.808.858, esta cifra representa apenas el 37,43% de las personas habilitadas para votar en el país, es decir, que el 62,47% de los colombianos no ejercieron su derecho al voto, y dejaron en manos de una minoría, una decisión tan importante como lo era apoyar y dar luz verde o no al proceso de PAZ.
Lo que impactó de esta votación fue que en la zonas donde se vivió más el conflicto armado con las FARC-EP, fue donde el SI arrasó, lo que nos lleva a cuestionar la decisión. En departamentos como Bolívar, el SI gano con un 60,23%, en el Choco con el 79,76%, en el Cauca con el 67,39%, en el Vichada con el 50,66%. Pero el municipio en particular que dio más de que hablar fue Bojayá, reconocido por la masacre llevada a cabo en 2002 por las FARC-EP y que dejo un saldo de 119 muertos por cuenta del cilindro bomba que pusieron en su iglesia. Ellos como claro ejemplo de perdón, reconciliación, y ansias de un mejor país votaron SI con una cifra del 95,78%.
Al parecer las víctimas directas de esta inacabable guerra SI querían este acuerdo, pero como en toda democracia los contradictores se hicieron escuchar.
Lo que todos nos preguntamos hoy es:
Lo primero a aclarar es que no se dijo NO a la PAZ, se dijo NO a lo pactado en la Habana con las FARC-EP. Por supuesto que Colombia quiere paz, pero al parecer no estaban tan de acuerdo con lo que estaba escrito en las 297 páginas que conformaban el acuerdo final, que por cierto se firmó antes del plebiscito como muestra de compromiso de cada una de las partes.
Por poner un ejemplo, unos de los puntos por los que ganó el NO en el plebiscito fue el de la participación política, la población colombiana, y la oposición no quieren que los guerrilleros tengan curules en el Congreso de la República, su máximo argumento era que no querían que asesinos, violadores y gente que hizo tanto daño al país, salieran premiados gracias a la negociación. Tal vez fue una mala interpretación, o tal vez no les pareció muy rentable ese negocio de dejar las armas a cambio de garantías de participación política.
Otro punto por el que la comunidad colombiana estaba inconforme era el que le daba un seguro económico a los guerrilleros después del periodo en el que estarían concentrados, $2’000.000 de pesos inmediatamente salieran de las zonas veredales, y posteriormente para los que no lograran conseguir trabajo, se les daría una renta de $620.508 pesos mensuales por dos años, este punto garantizaba que los ex combatientes al salir de las zonas no volvieran a su antigua vida, sino que buscaran un nuevo camino apoyados en este subsidio.
Los anteriores puntos fueron quizá los que polarizaron la decisión de los colombianos y dieron victoria el NO.
Pero algo fundamental es aclarar que nada se ha perdido, lo que viene ahora es la renegociación de los acuerdos, esto da cabida a que la oposición se integre a el anhelo de paz, junto con todos los partidos políticos y así generar un acuerdo, o “un pacto nacional” como lo definió Álvaro Uribe, líder de la oposición y del partido Centro Democrático.
Algo que vale la pena resaltar es que, aunque los colombianos votaron NO, tanto el presidente Santos como Timochenko, máximo líder de las FARC, aceptaron seguir con la negociación y llegar hasta el final con este proceso que cumple ya 4 años.
Colombia si quiere la PAZ, pero sin “impunidad”, como lo expresaron los simpatizantes del NO.
Por : Lisa Trujillo Laguna
Comunicadora Social. Periodista.
Bogotá, Colombia.