Por: Luis Daniel Santiago
Primer acto: La NFL se disculpa, expresa su indignación y considera acciones legales en contra de una artista por un incidente en el que ella expone su busto durante el show de medio tiempo en el Super Bowl.
Segundo acto: La NFL se disculpa, expresa su indignación y demanda a una artista por un incidente en el que ella hace enseña el dedo de en medio durante el show de medio tiempo de un Super Bowl.
Tercer acto: La NFL no dice absolutamente nada cuando un artista de género masculino, se quita la playera durante el show de medio tiempo de un Super Bowl.
¿Cómo se llamó esta obra? INCONGRUENCIA.
Vamos a los detalles. Durante el show de medio tiempo del Super Bowl LIII, llevado a cabo en el flamante Mercedes Benz Stadium de Atlanta, se presentó la banda Maroon 5 de la mano de los raperos Travis Scott y Big Boi (una mitad del icónico dueto Outkast). El vocalista de la agrupación, Adam Levine, se quitó la camiseta mientras interpretaba la canción Moves Like Jagger. En apariencia, este es un detalle menor. No es la primera ocasión en la que Levine hace algo así, en parte animado por la respuesta que recibe de sus fanáticos al hacerlo. Sin embargo, se vuelve relevante por dos factores: es un espectáculo que tiene un promedio de audiencia de 150 millones de personas, y sobre todo, por sus antecedentes.
En 2004, durante el show de medio tiempo del Super Bowl XXXVIII, el cual contó con la presentación de Janet Jackson acompañada por un muy joven Justin Timberlake, se produjo un incidente coloquialmente conocido como el Nipplegate, luego de que Timberlake jaló una parte del vestido de Jackson, dejando al descubierto su busto. A pesar de que la imagen fue cortada casi inmediatamente, cientos de millones de personas la vieron. Si bien las principales reacciones vinieron por parte de CBS, la televisora que transmitía el evento y MTV, quien produjo el show de medio tiempo, la NFL no tardó en condenar públicamente de forma enérgica lo ocurrido. Lamentaron que “un espectáculo de primer nivel haya sido manchado” por un incidente de este tipo, declarando que consideraban tomar acciones legales contra Jackson y Timberlake, además de afirmar que no volverían a trabajar con Viacom (empresa dueña de CBS y MTV) para la producción del show de medio tiempo. Cabe destacar que, la respuesta de la NFL, estuvo motivada por las manifestaciones de múltiples grupos conservadores que denunciaron la “indecencia” de lo ocurrido.
La incongruencia radica, claro está, en hacer lo posible públicamente para criticar, deslindarse e inclusive considerar acciones legales por un incidente que involucró que una mujer expusiera una parte de su cuerpo y de no hacer mención alguna cuando un hombre se quita la playera es el caso más reciente. ¿Eso no es indecente por tratarse de un hombre?
Otro caso. Durante el show de medio tiempo del Super Bowl XLVI de 2012, mientras Madonna interpretaba su canción Give Me All Your Luvin’ acompañada por Nicki Minaj y M.I.A., ésta última le “enseñó” el dedo de en medio a la cámara. La NFL dijo que el gesto fue “inapropiado y muy decepcionante”, seguido por una demanda de 1.5 millones de dólares en contra de la intérprete por violación de su contrato, la cual terminó ascendiendo a 16 millones y que fue resuelto en un acuerdo confidencial entre ambas partes.
Similares adjetivos fueron utilizados por la NFL al pronunciarse sobre las protestas de Colin Kaepernick, ex Quarterback de los 49ers de San Francisco, quien decidió sentarse (y después hincarse) durante la interpretación del himno nacional que se hace antes de cada partido, argumentando que “no mostraría orgullo por la bandera de un país que oprime a la gente negra y de color”. Finalizando la temporada en la que inició sus protestas (2016-2017), Kaepernick rescindió su contrato con los 49ers y desde entonces no ha sido contratado por ningún equipo. Las reacciones de la NFL y el casi evidente esfuerzo de la organización para bloquear los intentos del jugador para ser firmado por algún equipo, no solo lastimó considerablemente la imagen de la propia NFL, sino que se suma a la lista de acontecimientos que han puesto en evidencia a la NFL como una organización que se ha empeñado en proyectar normas que no cumplen con los mínimos de diversidad, inclusión y equidad que la sociedad demanda.
Una organización que utiliza adjetivos como “irrespetuoso” u “ofensivo” tanto para referirse a un gesto obsceno que para una protesta sobre un tema social.
Si es o no es obligación de la NFL asumir una responsabilidad social e impulsar alguna agenda política que vaya de la mano con el clima social es debatible. Lo que no pueden darse el lujo de ignorar, siendo una organización multinacional de entretenimiento que basa su esquema de negocios, en parte, en los niveles de audiencia que atrae, es que hoy en día los consumidores a los que intentan llegar no quieren ser políticamente correctos. Buscan que la liga tome una postura. Que se involucre. Y si los líderes de opinión del target que busca conquistar la NFL toman una postura política que se contrapone con el actuar de la organización, es cuestión de tiempo antes de que su popularidad decline drásticamente.
El origen de esta situación fue enviar mensajes cruzados. Dar a entender que es indecente que una mujer exponga su busto pero que no haya problema con un hombre quitándose la playera. Calificar una protesta social con los mismos adjetivos con los que describe un gesto obsceno. La NFL se ha convertido en víctima de su propia política de moralidad, y ha reforzado que su base, es y posiblemente será, el título de nuestra obra: la incongruencia.
SOBRE EL AUTOR:
LUIS DANIEL SANTIAGO
Estratega Junior en Politiks360º
Comunicólogo apasionado por la política y la sociedad. Curioso investigador de las tendencias que mueven al mundo. Propone contenidos estratégicos y creativos para cada momento de nuestras campañas.